Tuve la posibilidad de crecer profesionalmente a medida que las tecnologías de acceso a internet lo hacían. La diversas técnicas empleadas para el acceso a internet siempre fueron sinónimo de la necesidad de mayor velocidad. Comencé por comunicaciones serie a 9,6 kbps, servicios dial up telefónicos de 32 kbps, hasta que un día tuve un fantástico cable módem a 64 Kbps, que paso a 2 Mbps, 10 Mbps y ahora a mas de 50 Mbps, los cuales están mas que sobradas para mi actividad y la de cualquier mortal sobre la tierra. Ya en mi vida profesional me encontré con la fibra óptica, donde las velocidades parecían no tener límites… no era que no existiese límite de velocidad para transmitir datos, pero si surgía la pregunta ¿para que tanto?, casi parecía un despropósito.
En los primeros tiempos de internet,se utilizaron infraestructuras existentes para transmitir datos. Aquellas infraestructuras, la mayoría analógicas, no estaban pensadas para transmitir información digital y mucho menos a alta velocidad. Líneas telefónicas y cableado de TV fueron forzadas hasta los límites para poder «meter internet» adentro de esos cables. A medida que aquellas tecnologías se exprimían mas y mas, las fallas técnicas comenzaron a ser cada vez mas frecuentes generando el desagrado de los usuarios. Todo esto comenzó a cambiar con la llegada de la tecnología de Fibra Optica al Hogar (FTTH), una tecnología diseñada específicamente para la transmisión de datos a alta velocidad.
Recientemente, investigadores australianos han batido el récord de conexión a Internet más rápida del mundo utilizando tecnologías de fibra óptica, logrando velocidades de descarga de 44,2 terabits por segundo (Tbps), la conexión más rápida jamás conseguida para la comunicación de datos. Para poner en contexto 1 Tbps equivale a 1000 Gbps, lo que equivale a 1000000 Mbps, por lo que este record mundial equivale a una velocidad de conexión un millón de veces más rápida de la que hoy tenes en tu casa, suponiendo que tenes una conexión de 44 Mbps, la cual de por si ya es rápida.
Las conexiones a Internet de alta velocidad no sirven de mucho si los dispositivos que se conectan no son lo suficientemente poderosos. Por ejemplo si intentas usar esta conexión de 44,2 Tbps con una PC convencional, primero tendrías el cuello de botella de la conexión ethernet que viene en la placa madre, la cual suele ser de 100 Mbps o 1 Gbps en el mejor caso, ni que hablar de una conexión WiFi las que en la mayoría de los casos no superan los 11 Mbps. Incluso si usases una tarjeta ethernet de fibra óptica, la placa madre, el procesador y la velocidad con que tu disco rígido guarda la información tampoco estarían a la altura de manejar tal volumen de información por segundo.
Si bien 44.2 Tbps son una barbaridad, esta situación de «cuello de botella» que se genera en nuestra PC, también se da con las velocidades de acceso mas «mundanas» como 10 Mbps, 50 Mbps 0 100 Mbps que proveedores de servicios de internet (ISP) actuales suelen dar, ya que el origen de muchos reclamos son provocados por la lentitud del dispositivo que se conecta a la red y no por la red misma.
Otro detalle que los usuarios no tienen en cuenta al medir las velocidades de acceso a internet es que no solo el equipo que recibe la información debe ser capaz de manejar la misma velocidad que la red, sino también el equipo que emite la información debe estar a la altura de las circunstancias. Y no es que google o facebook no estén a la altura de las circunstancias, si no que limitan sus velocidades de transmisión de datos adrede para lograr mantener operativas sus redes en todo el planeta, además de que al hacerlo se ahorran miles de dólares en infraestructura, logrando mantener la calidad de sus servicios… una simple relación costo beneficio.
Las tecnologías de transmisión de datos continuarán mejorando y naciendo con el único propósito de transportar datos digitales en grandes volúmenes y a mayores velocidades, por lo que no es de extrañar que veamos que este tipo de récords se superen año a año.